Pones el agua a hervir con el azúcar y le vas dando vuelta para que se disuelva. Luego añades el resto de ingredientes y lo dejas macerar durante una semana. Ponlo todo en un cacharro que tenga la boca ancha para que puedas ir dándole la vuelta de vez en cuando a lo largo de esa semana. Cuando lleve un par de días pruébalo y si te gusta más flojito, añádele un poco más de agua.