Aclaración, conviene hacer entre 1 y ½ kg a 2 kilogramos por vez. Lavar los quinotos, escurrirlos y pincharlos con un palillo varias veces en el mismo lado para que no se arruguen.
Poner abundante agua en una olla y llevar a calentar hasta que comience a hervir.
En ese momento agregar los quinotos y una vez que vuelva a levantar el hervor se dejan 5 minutos más y se retira la olla del fuego.
Escurrirlos y luego pesarlos.
Lleva la misma cantidad de azúcar y de agua que el peso de los quinotos.
Pongamos un ejemplo. Si los quinotos pesan dos quilos, lleva dos kilogramos de azúcar y dos litros de agua.
Poner en una cacerola el azúcar y el agua.
Llevar al fuego con la cacerola destapada y una vez que levante el hervor o el azúcar esté disuelto se agregan los quinotos.
Cuando vuelve a levantar el hervor se baja la llama y se deja media hora aproximadamente.
Se retiran y se dejan en reposo hasta el día siguiente.
Al día siguiente repetir la operación.
Generalmente este proceso lleva tres días de media hora de hervor y se completa.
Lo que no se debe hacer es revolver los quinotos una vez en el almíbar. Solo se giran haciendo girar la cacerola.
De esta forma se remueven de una manera suave evitándose el choque brusco de uno contra otro que ayuda a desinflarse.
Decimos que generalmente lleva 3 días porque cada hornalla da un calor diferente y puede variar en algo el tiempo, pero el promedio es ese.
El punto exacto es cuando los quinotos están brillantes y transparentes y esto se detecta fácilmente ya que al retirarlos con una espumadera se nota con claridad su transparencia.
Retirar del fuego y acomodar los quinotos en frascos de vidrio templados y luego cubrir con el almíbar.
Cubrir el frasco con una tapa nueva a la que se le habrá pasado una gasa con alcohol.
Una vez cerrado el frasco inmediatamente invertirlo y dejarlo así 10 minutos aproximadamente y luego volverlos a girar.
Guardarlos en un lugar seco, fresco y preferentemente oscuro.
Se pueden comer así resultando una delicia la combinación dulce – amarga. O en diversas preparaciones dulces donde se aprovechan como complemento de la fruta abrillantada como budines, tortas, galletitas o pan dulce.
Envasados pueden durar un año. Una vez abierto el frasco, aproximadamente 15 días en heladera.