Lavar y cepillar bien los membrillos.
Cortarlos en cuatro, quitarles las semillas y conservar la cáscara. Ponerlos en una cacerola grande y agregar dos litros de agua.
Tapar la cacerola, llevar al fuego y dejar que hierva hasta que el membrillo esté bien tierno. Aproximadamente 30 minutos. Cuando comienza a hervir bajar un poco la llama.
Una vez pronto, retirar y colar bien para que quede el líquido sin restos del membrillo. El membrillo reservarlo.
Luego medir el líquido y por cada litro agregar 750 gramos de azúcar.
Llevar al fuego y dejar que hierva hasta que comience a formar espuma.
Retirar la espuma con una espumadera y dejar que continúe hirviendo a fuego más bajo durante 10 minutos más aproximadamente.
Los tiempos son aproximados pero en total puede llevar más de dos horas de cocimiento.
Probar con una cuchara recogiendo jalea y volcándola nuevamente. Si vemos que al final las gotas caen por el borde de la cuchara juntándose en una sola gota y que le cuesta bajar y queda suspendida es que está pronta la jalea.
Utilizar frascos bien limpios y volcar en caliente la jalea en los frascos.
Taparlos primero con papel film y luego con tapa correspondiente.
La jalea una vez fría debe quedar con una consistencia gelatinosa.