Lavar las frutillas, escurrirlas y quitarles el cabo.
Cortarlas en rodajas no demasiado finas, agregar el jugo de limón mezclar y acomodarlas en una ensaladera poniendo una capa de frutillas y una capa de azúcar en forma alternada hasta terminar.
Dejarlas macerar durante unas horas o bien toda una noche Si fuese un día de mucho calor es preferible dejarlas macerar en la heladera.
Pasadas esas horas poner todo en una cacerola y llevar a cocinar con cacerola tapada al principio hasta que comience a hervir, luego destapar y continuar cocinando durante media hora a fuego moderado.
Tener la precaución de revolver cada tanto.
Apagar y dejar que la preparación descanse hasta el día siguiente. Al otro día continuar su cocimiento hasta que tome su punto. En esta última etapa conviene revolver continuamente para evitar que se pegue.
Una vez pronto agregar el coñac,(esto es optativo) revolver bien y envasar en caliente en frascos limpios, secos y templados.
Para conservar esta mermelada durante un tiempo en frascos y fuera de la heladera se tapa el frasco con cierre hermético y se estiriliza a baño de María como corresponde.
De no hacerlo así, se coloca el frasco en la heladera para su consumo.
Para estirilizar se debe poner el dulce en frascos de vidrios previamente templados y con cierre hermético que se emplea por primera vez. Se coloca el frasco en una cacerola y se cubre de agua. Se lleva al fuego y cuando empieza a hervir se deja 15 minutos. Se apaga el fuego y se retira con cuidado de no quemarse. Se apoya en un lugar donde no haya corrientes de aire hasta que esté frío.
Con este sistema se mantiene el dulce muchos meses siempre que esté cerrado. Una vez abierto se guarda en heladera y tiene la duración normal de cualquier dulce.