Lavar los limones, cortarlos a la mitad y quitarles las semillas.
Cortarlos en fina juliana y dejarlos en remojo en abundante agua durante 3 días, cambiándole el agua dos a tres veces por día.
Luego escurrirlos y pesarlos. Se le agrega la misma cantidad de azúcar que el peso de los limones.
Poner en una cacerola, si fuese de cobre mejor, agregarle dos tazas de agua y los clavos de olor.
Se lleva a fuego moderado durante una hora.
Se retira y se deja en reposo hasta el día siguiente.
Al otro día continuar la cocción durante una hora y luego se deja nuevamente en reposo hasta el día siguiente. Al día siguiente volver a llevar a fuego suave hasta que el almíbar espese y tome punto de mermelada. Retirar y envasar en caliente, retirándole el clavo de olor.
Para conocer su punto se saca un poco de mermelada y se pone en un plato chico y se lleva a la heladera durante unos minutos o hasta enfriar, si al estar frío este no cae o no se corre, está pronto