Cortar los pepinos en 3 partes (si se utilizan pepinos chicos, se pueden poner enteros).
Colocarlos en una fuente y espolvorearlos con sal.
Dejarlos en reposo por una hora.
Secarlos con papel de cocina y ponerlos a hervir con el vinagre, el agua, el azúcar y la sal hasta que estén tiernos.
Acomodarlos en un frasco, junto con granos de mostaza y tomillo, cubriéndolos con el liquido.