Pelar los pimientos poniéndolos sobre el fuego hasta que la cáscara se despegue con facilidad.
Cortarlos en 4 y sacarles las semillas.
Poner en una cacerola el vinagre de manzana, el aceite, el azúcar y la sal.
Cocinar los pimientos a fuego lento hasta que estén blanditos.
Ponerlos en un frasco, con hiervas aromáticas, granos de pimienta y hojas de laurel, cubriéndolos con el liquido.