Poner en una cacerola con bordes altos el azúcar y la leche.
Llevar al fuego y dejar hervir a fuego bien suave hasta que se haya consumido una cuarta parte de la leche.
Lo cantidad de lo que se consume es aproximada no tiene porque ser justa. Tener la precaución de revolver cada tanto para que no se pegue.
Apagar el fuego y dejar hasta el día siguiente.
Esto se hace para que la preparación se asiente bien y quede mejor su preparación y consistencia.
Poner nuevamente sobre fuego suave, agregar el bicarbonato y dejar hervir hasta que se consuma otra cuarta parte de la leche. Una vez consumida esta cuarta parte, la cantidad de que queda en total es de 1 y 1/2 litros aproximadamente.
La textura resulta algo espesa como un dulce de leche a medio hacer.
Retirar y dejar enfriar.
Semibatir los huevos junto con las yemas, colarlas y agregarlas a la leche junto con la vainilla.
Caramelo. Poner en una cacerola chica el azúcar y el agua.
Llevar a fuego fuerte hasta que tome color caramelo, retirarlo y volcarlo en el molde de flan de a poco y con cuidado de no quemarse.
A medida que se va volcando se va distribuyendo el caramelo por todo el molde.
Volcar la preparación en el molde.
Poner el molde dentro de otro recipiente apto para horno y agregarle agua caliente para cocinarlo a baño de María.
La cantidad de agua que lleva debe ser calculada para que si llega hervir no salpique el flan.
Llevarlo a cocinar en la parte baja del horno con una temperatura bien lenta para que el cocimiento se realize en forma pareja y sin que se arrebate.
Lleva aproximadamente dos horas de cocimiento.
Cuando introducimos la punta de un cuchillo hasta el final y ésta sale seca será el punto justo.
Llevarlo a un baño de María invertido para que se enfríe y luego dejarlo en la heladera unas horas.
Luego darlo vuelta en una fuente pero sin sacarlo del molde, dejarlo unas horas así en la heladera y luego proceder a quitárselo.
Pueben hacerlo, vale la pena el resultado ya que queda un postre muy fino tanto su aspecto como su paladar.