- En una olla antiadherente, calentar la leche y unas gotas de vainilla a fuego suave hasta que hierva. Mantener en un hervor muy bajo. - Separar las claras de las yemas.
- Batir las claras a punto de nieve con las ocho las ocho cucharadas de azúcar. Tiene que estar bien firme.
- Con una cuchara grande o cuchara de servir, formar copos con el merengue de claras y, con un golpe seco, dejar caer en la leche hirviendo. Cocinar cada “isla” tres o cuatro minutos, dando vuelta una vez, hasta que estén consistentes. Retirar con espumadera y dejar escurrir sobre un paño de cocina limpio.
- Cuando todas las islas estén preparadas, retirar la leche del fuego.
- En un bol, mezclar las ocho yemas con la taza de azúcar hasta que las yemas estén de un color blanco pálido. Agregar la leche reservada, mezclar, y volver al fuego.
- Cocinar a fuego bajo revolviendo siempre con cuchara de madera hasta que la salsa inglesa “nape” la cuchara. Es decir, pasar de vez en cuando un dedo por el reverso de la cuchara. Cuando la salsa esté lo suficientemente espesa para no recubrir el surco dejado para el dedo, la salsa está lista. NO DEJAR HERVIR. Enfriar
- Colocar la taza de azúcar restante en una sartencita u ollita salsera. Cubrir con agua y dejar hervir a fuego bajo, revolviendo de vez en cuando, hasta lograr un caramelo marrón claro.
- Colocar en una fuente que pueda ir a la mesa la salsa inglesa. Sobre ella, acomodar las islas flotantes. Dejar chorrear por encima el caramelo con una cuchara o tenedor. Servir bien frío.