Separar las yemas de las claras. Aparato a bomba. Batir las yemas hasta que blanqueen y estén espesas.
Aparte, poner en una cacerola chica una cuarta taza de azúcar y cubrirla apenas con agua.
Llevar a fuego fuerte hasta formar un almíbar a punto hilo (120º) o hasta que la superficie esté llene de globitos y espese.
Con el almíbar hirviendo se vuelca en forma de hilo sobre las yemas mientras se continúa batiendo.
Una vez terminado de incorporar se sigue con el batido hasta que tome temperatura ambiente.
Hidratar la gelatina en media taza de agua. Una vez hidratada se pone en un baño María suave y fuera del fuego hasta que la gelatina se disuelva.
O unos segundos en microondas al 60% de potencia.
Poner en un tazón el café, la mantequilla y el chocolate rallado. Dejarlo sobre agua caliente (no hirviendo) mientras se va mezclando hasta que la manteca y el chocolate se derrita.
Retirar e incorporar la gelatina y el dulce de leche mientras se va mezclando suavemente.
Incorporar esta preparación a las yemas.
Dejar hasta que la preparación se enfríe totalmente.
Batir la crema de leche a medio punto e incorporar a la preparación anterior ya fría.
Batir las claras con la cuarta taza de azúcar restante hasta que su tamaño aumente y espese sin llegar a estar firmes del todo (merengadas).
Agregarle la mitad a la crema mezclando continuamente hasta incorporarla.
La otra mitad se agrega en forma lenta y envolvente junto con la vainilla.
Colocarla en copas apropiadas y mantenerlas en la heladera hasta el momento de servir.