Poner en un bol pequeño el huevo, las yemas y la leche. Mezclar un poco y reservar. Aparte tamizar la harina, el polvo de hornear y la sal, incorporar el azúcar y la ralladura de limón.
Luego agregar la mantequilla e incorporarla pisándola con un tenedor o un estribo (elemento apropiado para eso)
Una vez integrada, agregarle los huevos y luego la leche e ir uniendo los ingredientes hasta formar una masa sin amasarla, solo uniéndola hasta formar un bollo.
Envolverla en papel film o nailon y dejarla descansar en la heladera durante unas horas o hasta que la masa esté fría y firme lo que facilitará el estirado.
Aparte, cortar el dulce en trozos, agregarle 3 cucharada de agua caliente (o puede ser vino blanco) y revolver hasta disolver el dulce formando una crema.
Estirar 3/4 parte de la masa dejándola de medio centímetro de espesor y forrar un molde rectangular de 23x26 centímetros aproximadamente, previamente enmantecado y enharinado.
Rellenar con el dulce deshecho y cubrir con tiras entrecruzadas utilizando el resto de masa. Los bordes se doblan hacia adentro.
Pintar con yema mezclada con una cucharada de agua y llevar a horno moderado 180º durante 30 minutos o hasta que esté cocida y dorada.